domingo, 20 de marzo de 2011

¡GUAU, GUAU!

Carlos Vázquez, concejal de Sevilla, por IU.

Éste es titular de un artículo de opinión publicado por el periodista Manuel Contreras en su columna "Puntadas sin hilo" del Diario ABC de Sevilla, y que por su interés transcribimos íntegramente aquí en Burguillos Popular:


A uno le gustaría enjaretar hoy estas torpes líneas con ladridos en lugar de palabras. Un tal Carlos Vázquez, al que IU ha colocado como concejal en Sevilla, llamó el viernes txakurra -perro- a Alberto García Reyes, redactor de esta casa que ha cometido la osadía de indagar en las tropelías que IU perpetra en el Ayuntamiento con la anuencia de un PSOE que le debe la Alcaldía desde hace ocho años. Al concejal que ya evidenció sus inclinaciones batasunas cuando fue sorprendido rompiendo los cristales de un comercio la pasada huelga general, le molesta que gente como García Reyes meta las narices en el tinglado de IU, ese chiringuito autócrata en el que ser de izquierdas consiste en realizar oscuras donaciones al castrismo y viajar de gorra a Cuba. Pero en lugar de ir a los tribunales, que es la vía que la democracia establece para proteger los derechos de todo aquel que se sienta agredido, el político de IU prefiere resolver la cuestión al modo batasuno, intimidando con la terminología que utiliza ETA en sus zutabe.
Los dirigentes de IU se pasan la vida hablando de la derecha caciquil, pero no hay nada más rancio que en espectro político español que esta izquierdona de piquetes y amenazas que vive todavía obsesionada con Franco. Estos políticos nostálgicos siguen teniendo una visión decimonónica del periodismo, y su idea de la prensa libre está más cerca del Pravda que de cualquier periódico de los que usted pueda encontrar en el kiosko. Para ellos la prensa no debe ser un contrapoder que fiscalice la vida pública, sino un mero instrumento para cantar las proezas de su gestión. Los políticos como Vázquez no quieren txakurras que fisguen donde no deben, sino perritos falderos, dóciles y cariñosos, de esos que duermen calentitos en el regazo y son incapaces de dar una dentellada por mucho que se enfaden.
Pero, aunque a Carlos Vázquez y sus amigos no les guste, más allá de la placidez de su cobijo siempre habrá perros ahí fuera, en la calle. Los txakurras de éste y otros periódicos seguiremos haciendo lo único que sabemos hacer: afinar el olfato y olisquear arriba y abajo, con paciencia y dedicación. Y cuando encontremos noticias como el viaje de la mujer de Vázquez a Cuba pagado por el Ayuntamiento nos salivará la boca, daremos varios ladridos y moveremos el rabo con entusiasmo ante el concejal lenguaraz.

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