Francisco Robles, articulista de ABC de SevillaTraemos a BURGUILLOS POPULAR el magnífico artículo de opinión que el articulista Francisco Robles ha escrito en el diario ABC en el día de hoy; disfrutenlo porque es un acierto desde la primera palabra hasta la última. Por supuesto, os dejamos el enlace para que podais leer el original:
BURGUILLOS PODRIDOS.
El caciquismo no es patrimonio del pasado. Andalucía está llena de caciques con cola y con unos cubitos de hielo, con su rodajita de limón y su pose un punto chulesca en el bar más frecuentado del pueblo. Los caciques de antaño blasonaban de apellidos compuestos o ilustres. Los de hogaño se vanaglorian de ser del pueblo, como si eso fuera un mérito y no una evidencia. Estos caciques sacaban de sus casillas a don Manuel Azaña, que resumió el estado de corrupción en que vivía la España de la Restauración y de la II República con dos palabras: burgos podridos.
Aquellos pueblos nadaban en una putrefacción moral e institucional que nos recuerda mucho, o más bien demasiado, al estado en que se encuentran los burgos podridos de la Andalucía imparable. El Régimen controla esta espesa y nauseabunda red clientelar con la precisa derrama de subvenciones por goteo. Si el alcalde es del puño y la rosa, buena cosa. Si es del partido de la gaviota, que no toque las pelotas. Y si es de Izquierda Unida, moción de censura sobrevenida. ¿O es que Griñán ha colocado a Luis Pizarro, el guardián de las esencias sectarias del social-caciquismo andaluz, al frente de Gobernación para que haga algo distinto de lo único que sabe hacer?
Estos burgos podridos están repartidos por toda la geografía andaluza. De vez en cuando asoman las aguas fétidas de la corrupción por las alcantarillas, como ha ocurrido en Burguillos. El anterior alcalde tuvo que abandonar el sillón por una condena judicial. Dejó en herencia una sede del PSOE que ocupaba, por la cara, un magnificente local que es propiedad de Correos. ¿Cuánto pagaba el partido de alquiler? Cero patatero. O cero Zapatero, que es lo mismo pero con talante: unas veces por detrás y otras veces por delante. ¿Y qué hacen los sociatas de Burguillos cuando los cogen en un renuncio? Soltarle a la oposición que son unos envidiosos porque ellos no pueden hacer lo mismo. Ya se sabe el viejo adagio. Cree el ladrón que todos son de su condición, como piensa el ratero que se puede robar mientras se vote a Zapatero.
¿Y el pueblo? Pues a seguir votando. A elegir a sus caciques, que así se entiende la democracia en estos burgos o Burguillos podridos donde el Régimen sigue vivo: el anterior se parece tanto al presente, que dan ganas de llamar a la Casa Rosa para que se ponga el Jefe Regional del Movimiento.
Aquellos pueblos nadaban en una putrefacción moral e institucional que nos recuerda mucho, o más bien demasiado, al estado en que se encuentran los burgos podridos de la Andalucía imparable. El Régimen controla esta espesa y nauseabunda red clientelar con la precisa derrama de subvenciones por goteo. Si el alcalde es del puño y la rosa, buena cosa. Si es del partido de la gaviota, que no toque las pelotas. Y si es de Izquierda Unida, moción de censura sobrevenida. ¿O es que Griñán ha colocado a Luis Pizarro, el guardián de las esencias sectarias del social-caciquismo andaluz, al frente de Gobernación para que haga algo distinto de lo único que sabe hacer?
Estos burgos podridos están repartidos por toda la geografía andaluza. De vez en cuando asoman las aguas fétidas de la corrupción por las alcantarillas, como ha ocurrido en Burguillos. El anterior alcalde tuvo que abandonar el sillón por una condena judicial. Dejó en herencia una sede del PSOE que ocupaba, por la cara, un magnificente local que es propiedad de Correos. ¿Cuánto pagaba el partido de alquiler? Cero patatero. O cero Zapatero, que es lo mismo pero con talante: unas veces por detrás y otras veces por delante. ¿Y qué hacen los sociatas de Burguillos cuando los cogen en un renuncio? Soltarle a la oposición que son unos envidiosos porque ellos no pueden hacer lo mismo. Ya se sabe el viejo adagio. Cree el ladrón que todos son de su condición, como piensa el ratero que se puede robar mientras se vote a Zapatero.
¿Y el pueblo? Pues a seguir votando. A elegir a sus caciques, que así se entiende la democracia en estos burgos o Burguillos podridos donde el Régimen sigue vivo: el anterior se parece tanto al presente, que dan ganas de llamar a la Casa Rosa para que se ponga el Jefe Regional del Movimiento.
Francisco Robles.
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