lunes, 25 de noviembre de 2013

Día Internacional contra la Violencia Machista



El Día Internacional contra la Violencia machista es una fecha clave para la reflexión, un día en el que queremos manifestar el rechazo y la tolerancia "0" a la violencia contra las mujeres. Una fecha clave, que invita a tomar conciencia de todas aquellas mujeres que, en su vida cotidiana, sufren las consecuencias de esta violencia machista. Víctimas que pudieran ser nuestras conocidas, nuestras amigas, o quizás nuestras madres, hijas o hermanas.

Inexplicablemente, cuando se destacaba como medida la modificación de  modelos y esquemas tradicionalmente machistas en generaciones de edades más adultas, los datos estadísticos nos siguen sorprendiendo al indicar que estas agresiones machistas se reproducen de forma escalofriante en nuestros jóvenes, mostrándonos su cara más dura con víctimas menores de edad.

Por todo ello, todos los aquí presentes queremos tener un recuerdo muy especial de las 44 mujeres que en lo que va de año han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, 10 de ellas andaluzas. 40 menores se han quedado huérfanos y 5 han sido víctimas mortales.

También queremos tener presente a aquellas mujeres que llevan años sometidas a la violencia física, y aquellas otras que sin haber recibido un sólo golpe, son víctimas de un maltrato sutil que las va minando por dentro y atenta cruelmente contra su dignidad.

Igualmente, queremos expresar nuestro apoyo y reconocimiento a otras muchas que han decidido poner freno a la situación de violencia que vienen padeciendo en su día a día.

Pero fundamentalmente, en esta conmemoración no podemos permitirnos el olvidar a esos los niños y niñas expuestos al maltrato que soportan sus madres; se trata de otras víctimas directas de la violencia de género que sufren graves secuelas y que durante mucho tiempo han sido las grandes olvidadas.

El 25 de noviembre no es sólo un día para la reflexión, es un día para la acción.

La violencia de género es la manifestación más extrema de la desigualdad entre hombres y mujeres. No es un asunto privado, es un problema social que se combate con la intolerancia absoluta ante el maltratador y ante cualquier comportamiento machista.

Son muchas y diversas las formas que adopta la violencia contra la mujer y que se recogen dentro de este día: las violaciones, la trata de mujeres y niñas, la prostitución forzada, la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sintomáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los asesinatos por razones de honor, la violencia por causa de la dote; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto a favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina y la propia lacra social de la Violencia de género que, en lo que va de año, ya se ha cobrado la vida de numerosas mujeres.

Conductas que no desaparecerán hasta que no se consiga una igualdad real y efectiva entre ambos sexos; y esto sólo se conseguirá si situamos a las políticas de igualdad y a la mujer como una pieza fundamental en las prioridades sociales y educativas del Gobierno. Abordando así el problema desde una perspectiva integral.

En este sentido, el Gobierno de la Nación ha puesto en Marcha la Estrategia Nacional para la erradicación de la Violencia de la Mujer 2013-2016, que constituye uno de los ejes fundamentales del proyecto político del Gobierno para hacer frente a esta lacra, mediante un plan de acción estable y prolongado en el tiempo, que han puesto en marcha, de forma coordinada, medios materiales y humanos que tienen un único fin: la erradicación de la violencia que sufren las mujeres.

Es fundamental la existencia de las mismas oportunidades para hombres y mujeres en el ámbito laboral, equilibrara la balanza de responsabilidad de mujeres y hombres en las esferas públicas y privadas, combatir la discriminación salarial, el incremento de la empleabilidad de mujeres en riesgo de exclusión, situaciones de vulnerabilidad, emprendimiento femenino y autoempleo.

En la sociedad actual aun se mantiene un reparto desigual de las cuestiones familiares y domésticas. Las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de la responsabilidad en estos ámbitos, lo que limita su participación plena en el mercado laboral y mantiene la división sexual del trabajo. La conciliación de la vida laboral, familiar y personal requiere la implicación de todos los agentes sociales: administraciones públicas, empresas, sindicatos y tejido asociativo.

 Del mismo modo son fundamentales las medidas de sensibilización, los programas de prevención de la violencia de género y la detección de casos, acciones todas ellas que encaminadas en dar la mejor respuesta institucional asistencial, de protección y apoyo mediante la atención integral y la coordinación institucional para evitar duplicidades y actuar con mayor eficacia y eficiencia, prestando especial atención a los menores expuestos a esta violencia  haciendo hincapié en la coeducación para prevenir conductas discriminatorias en todos los tramos de la enseñanza.

Sólo con el rechazo social lograremos avanzar para acabar con esta lacra social consiguiendo así una sociedad más libre, justa, equitativa y respetuosa. 

Para ello, en esta mañana queremos recalcar nuestra firmeza en el rechazo al maltrato y manifestar que la violencia de género no es cosa de mujeres, sino que compromete a los poderes públicos y a todas y cada una de las personas que conforman nuestra sociedad.

Hay un largo camino aun por recorrer; tenemos por delante un trabajo de transformación social en todas y cada una de las esferas del ámbito económico, político y social, para que el 25 de noviembre deje de ser una fecha necesaria de reivindicación.

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