MANIFIESTO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER realizado por la Fundación Mujeres en Igualdad.
Si quieres leer el manifiesto completo pincha aquí: http://www.mujeresenigualdad.com/media/manifiestoOCHOMARZO.pdf
El Estatuto de Autonomía para Andalucía dispone, en el artículo 10.2, que “la Comunidad Autónoma propiciará la efectiva igualdad del hombre y de la mujer andaluces, promoviendo la democracia paritaria y la plena incorporación de aquella en la vida social, superando cualquier discriminación laboral, cultural, económica, política o social”.
Por su parte, el artículo 16 de nuestra máxima norma andaluza, reconoce el derecho que tienen las mujeres a una protección integral contra la violencia de género, que incluirá medidas preventivas, medidas asistenciales y ayudas públicas.
Conseguida la igualdad formal, la igualdad real aún no es un hecho ni siquiera en las sociedades de larga tradición democrática. Pese a los avances conseguidos, existen muchos ámbitos en los que las mujeres sufren una discriminación injustificada: su difícil acceso y permanencia en el mercado laboral, discriminación salarial, escasa participación y representación femenina en puestos de responsabilidad, doble jornada laboral...y como no, la violencia de género, sin duda la manifestación más cruel de este desigual orden social.
Esta es la noble causa por la que un año más nos vemos obligados a conmemorar el Día Internacional de la Mujer: reivindicar la plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres y las mismas oportunidades para participar en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
Por eso, hoy queremos recordar:
- A todas las mujeres que por raza, etnia, cultura o discapacidad sufren una doble discriminación.
- A todas las mujeres que han muerto a manos del terrorismo de su propio hogar.
- A todas las mujeres que trabajan fuera y dentro del hogar, soportando diariamente una doble jornada laboral y cuya labor no es reconocida.
- A todas las abuelas, que están criando a sus nietos para que sus hijos puedan trabajar.
Y, en definitiva, a todas las mujeres que por el simple hecho de serlo sufren una discriminación injustificada.
Sigamos alzando nuestras voces para exigir que las políticas públicas incidan en erradicar la situación de desigualdad e indefensión en las que se encuentran las mujeres. Para ello, es más necesario que nunca el consenso entre las distintas fuerzas políticas, así como la colaboración entre las distintas Administraciones públicas, con el fin de poner en marcha todos los mecanismos que permitan el logro de la igualdad plena y real entre hombres y mujeres.
A pesar de los avances llevados a cabo, los desafíos en materia de discriminación y desigualdad a los que nos tenemos que enfrentar todavía son enormes. Por ello, trabajemos todos por las mujeres de hoy, y conseguiremos también dejar un futuro mejor a las niñas del mañana.
Por su parte, el artículo 16 de nuestra máxima norma andaluza, reconoce el derecho que tienen las mujeres a una protección integral contra la violencia de género, que incluirá medidas preventivas, medidas asistenciales y ayudas públicas.
Conseguida la igualdad formal, la igualdad real aún no es un hecho ni siquiera en las sociedades de larga tradición democrática. Pese a los avances conseguidos, existen muchos ámbitos en los que las mujeres sufren una discriminación injustificada: su difícil acceso y permanencia en el mercado laboral, discriminación salarial, escasa participación y representación femenina en puestos de responsabilidad, doble jornada laboral...y como no, la violencia de género, sin duda la manifestación más cruel de este desigual orden social.
Esta es la noble causa por la que un año más nos vemos obligados a conmemorar el Día Internacional de la Mujer: reivindicar la plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres y las mismas oportunidades para participar en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
Por eso, hoy queremos recordar:
- A todas las mujeres que por raza, etnia, cultura o discapacidad sufren una doble discriminación.
- A todas las mujeres que han muerto a manos del terrorismo de su propio hogar.
- A todas las mujeres que trabajan fuera y dentro del hogar, soportando diariamente una doble jornada laboral y cuya labor no es reconocida.
- A todas las abuelas, que están criando a sus nietos para que sus hijos puedan trabajar.
Y, en definitiva, a todas las mujeres que por el simple hecho de serlo sufren una discriminación injustificada.
Sigamos alzando nuestras voces para exigir que las políticas públicas incidan en erradicar la situación de desigualdad e indefensión en las que se encuentran las mujeres. Para ello, es más necesario que nunca el consenso entre las distintas fuerzas políticas, así como la colaboración entre las distintas Administraciones públicas, con el fin de poner en marcha todos los mecanismos que permitan el logro de la igualdad plena y real entre hombres y mujeres.
A pesar de los avances llevados a cabo, los desafíos en materia de discriminación y desigualdad a los que nos tenemos que enfrentar todavía son enormes. Por ello, trabajemos todos por las mujeres de hoy, y conseguiremos también dejar un futuro mejor a las niñas del mañana.
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