«Bienvenidos al aeropuerto de Burguillos»
En época de omnipotencia del PSOE, el pueblo más endeudado de España iba a sumarse a la cara moda de tener aeropuerto
«Bienvenidos al aeropuerto de Burguillos». Con ese mensaje soñó durante unos años el que fuera alcalde socialista José Juan López, condenado e inhabilitado en mayo de 2009 por un delito urbanístico
e inmerso en otro puñado de causas similares. Eran los delirios de
grandeza de los años en los que el PSOE gestionó sin oposición este
pequeño municipio sevillano de 6.200 habitantes. Comienzo de siglo con
poder absoluto y con dinero de sobra de los convenios urbanísticos.
Tanto como para atreverse a poner en marcha un proyecto que iba a costar
más de 10.000 millones de pesetas,
aunque el diseño inicial firmado incluso por un arquitecto lo ajustara a
6.293 millones de las obsoletas pesetas (un millón por habitante). ABC
ha tenido acceso al proyecto, cuya redacción culminó el 3 de abril de 2000 y sirvió de base para crear un consorcio un año después entre 15 municipios de la comarca, Sevilla Siglo XXI (Diputación Provincial) y la Asociación Española de Técnicos de Mantenimiento de Aeronaves.
El pleno municipal de Burguillos
del 6 de julio de 2000 acordó constituir, inicialmente, un consorcio
con menos municipios y la Fundación Aeronáutica del Guadalquivir para
«investigación y desarrollo urbanístico», pero el entusiasmo se extendió
en unos meses y, tras las gestiones con más municipios y la Diputación
(todo bajo el paraguas socialista), el 5 de abril de 2001 se constituyó en la Casa de la Cultura de Alcalá del Río el consorcio denominado «Conidea» para el desarrollo aeronáutico.
En
su seno se desarrollaría el proyecto del aeropuerto impulsado por el
alcalde burguillero, que tenía escogidos los terrenos y diseñado el
proyecto. Para ello, hubo que pagar, por supuesto, los honorarios de la
casa de patentes de Boadilla del Monte (Madrid) que registró el logotipo
y la marca del consorcio o los del arquitecto que reflejó en planos el
aeródromo, la terminal, los hangares (incluidos privados) y sus
alrededores, donde estaba prevista una zona universitaria para que los estudiantes realizaran prácticas, una residencia para éstos, zona deportiva y, por supuesto, una zona residencial con viviendas unifamiliares,
el verdadero fetiche de aquellos años en esta pequeña localidad, que
pretendía pasar de 6.000 a 24.000 habitantes en un horizonte de sólo
diez años.
En total, el proyecto iba a costar 6.293 millones de pesetas
En total, y según el desglose municipal que conserva el Ayuntamiento burguillero,
al que ha tenido acceso este periódico, 6.293 millones de pesetas (unos
38 millones de euros) de entonces (año 2000); 5.800 era de la obra en
sí, quedando el resto para licencias y honorarios varios. Finalmente se
superaron los 60 millones de euros
en los cálculos corregidos después. En ese desglose se detalla el gasto
desde los movimientos de tierra hasta la urbanización, los jardines,
las pistas, la terminal... Y le acompaña un amplio anexo con, por
ejemplo, los costes laborales de los puestos de trabajo que iban a
crearse, incluyéndose cuatro controladores, técnicos, jefes, dos
vicedirectores, dos directores, un gerente y, además, más de una treintena de profesores que se encargarían de la instrucción de los estudiantes de aeronáutica.
De hecho, el proyecto iba acompañado de otro para la construcción y puesta en marcha del llamado Centro de Formación Profesional Aeronáutica de Burguillos,
de cuyo diseño se encargó un estudio de arquitectos distinto según
consta en la documentación oficial, y se elaboraron convenios con las universidades de Cádiz —con la que se llegó a firmar algún documento para la realización de prácticas de los alumnos— y Sevilla (ABC posee el documento, sin firmar, para el «convenio de colaboración académica»).
¿De «Conidea» al Idea?
Eso sí, lo más importante no llegó a cuajar: el convenio con la Consejería de Educación y Ciencia (Cándida Martínez) y la de Empleo y Desarrollo Tecnológico (que en ese momento ostentaba el líder de los socialistas sevillanos, José Antonio Viera)
de la Junta para la obtención de fondos. Se elaboró un extenso
documento con las aportaciones de la administración andaluza, pero éstas
no llegaron nunca a realizarse (o no hay documentación) por errores,
trabas burocráticas y problemas de legalidad con los métodos de
subvención. Incluso se intentó, sin éxito, con fondos europeos. El
modelo de 2001 para financiar desde el Gobierno regional no servía. El
consorcio con municipios del PSOE y el aeropuerto se frustraron.
Curiosamente, el 17 de julio de 2001
desde Empleo se rubricó el convenio marco que variaba el modelo y que
implantaba el de la subvención desde el IFA (que luego fue Idea), el del
famoso «fondo de reptiles» de los ERE. ¿Fue Burguillos el inicio de todo?