Recogemos en Burguillos Popular la noticia que aparece en el diario
ABC de Sevilla, que hace alusión a como se las gastan los dirigentes de I.U. en las huelgas generales. La noticia no tiene desperdicio.
La agitada agenda del piquete.
La actividad desplegada por el piquete del alcalde de Marinaleda,
Juan Manuel Sánchez Gordillo, durante la jornada de huelga general puede calificarse de agitada e intensa. Porque
el cierre del restaurante El Hacho II de Lora de Estepa, cuyo dueño
acusa al diputado electo de IU de «comandar» ese piquete que le robó unos 500 euros en viandas, fue el punto culminante una mañana en la que este grupo de unas cuarenta personas también
actuó contra centros educativos y comercios de localidades cercana. La denuncia del dueño de la venta no fue la única ante la Guardia Civil. A ella hay que sumarle la del director y la de un instituto de secundaria de
El Rubio y 16 profesores más por coacciones y amenazas de ese piquete que asaltó el centro, en el que todos señalan al edil de IU como líder.
El director del
IES Maestro José Jurado Espada de El Rubio,
José Manuel Chía, confirmó que el piquete llegó al centro sobre las diez menos cuarto. «El grupo se saltó las vallas, aunque la mayoría entró por una puerta. Entraron armando ruido y lanzando improperios contra los docentes. Los llamaron fascistas y fachas».
CoaccionadosEn el instituto se encontraban el director, dieciséis profesores y tan solo un alumno, ya que el resto no había acudido porque sus padres decidieron hacer huelga, comenta Chía. El director se dirigió a Sánchez Gordillo y habló con él al considerarle responsable del piquete. Después habló con la inspección y «me dijeron que evitara cualquier situación que pudiera terminar en violencia», explicó, por lo que optó por que los profesores abandonaran el centro. Estos, al sentirse coaccionados y amenazados, decidieron formalizar ese mismo día una denuncia ante la Guardia Civil, «para que quedara constancia de esta situación tan lamentable». Chía permaneció allí y presentó una denuncia oficial por parte del centro al día siguiente. También entregó a los agentes las grabaciones de las cámaras de seguridad que lo recogieron todo.
Antes el piquete fue al Colegio de Educación Infantil Carmen Borrego, también en El Rubio, donde se vivieron escenas similares, aunque su director, José Molina, decidió no denunciar al entender que sirve de poco. Molina confirma que cuando llegó el piquete se encontraba en el centro «ejerciendo mi derecho a trabajar», junto a unos veinte alumnos. Al frente iba el alcalde de Marinaleda, quien les conminó a cerrar en «respeto al derecho de los parados». El director dice que no se sintió coaccionado por Gordillo, pero sí percibió «violencia» entre personas que iban en el grupo, ya que algunos forzaron la puerta del edificio de infantil o se subieron al tejado del centro. «Por salvaguardar la seguridad de las personas, decidí que los profesores se fueran y me quedé yo con los alumnos».
Ambos directores señalaron que en el piquete iba una cámara, que al parecer pertenecía a la televisión local de Marinaleda y que habría emitido imágenes de lo acontecido. Esto sería muy grave, ya que grabar en un colegio sin el consentimiento de los padres es delito. Tanto Molina como Chía mostraron su sorpresa ante que el piquete actuara contra centros educativos en El Rubio y no lo hiciera en el centro de primaria de Marinaleda, donde aseguran se impartió clase.
Las noticias del piquete también llegaron a un instituto de Estepa, que no llegó a sufrir sus consecuencias porque, según explican en el centro, cuando vieron un vehículo que sospecharon de los huelguistas, llamaron a la Policía Local y al final, por su presencia o no, no pasó nada.
Junto a la actuación en estos centros, el grupo también instó a cerrar comercios en otras localidades cercanas, como Estepa, donde consiguieron clausurar un supermercado, que, una vez se fueron, volvió a abrir. Pasadas las dos de la tarde, el piquete llegó al restaurante El Hacho II, cuyo dueño también denunció a Gordillo.
El alcalde reconoció ayer a ABC haber participado en el piquete que cerró el instituto de El Rubio. «Ahí no pasó nada de nada y no había niños», dijo el dirigente de IU, quien negó haber usado en su trayectoria cualquier método violento. «Puedo ser peleón y arrojado, pero estoy en contra de la violencia. De hecho, fui insumiso» al servicio militar, recordó.